Conociendo las capas del sonido PARTE I

El sonido si bien es una dimensión que puede comprenderse holofónicamente, o sea, con su proporcionado espacio general, en donde se halla no únicamente distintos sonidos sino que además son grupos de los mismos y dimensiones de oportunidad de estos. O sea, el espacio del sonido no está combinado solo por la expresión física sino que además está el despliegue alegórico de lo sonoro, su trabajo metafórico, por tanto el diseñador de sonido posee como labor primordial la realidad de estudiar las capas o variables de toda la situación emocional, causal, visual, material, conceptual,  metafórica, simbólica, definitiva, nativa, irreal o lo que sea que requiere la historia.

Esto es esencial a la hora de aproximarse al diseño sonoro, fundamentalmente puesto que en una película el sonido no es meramente una sucesión de materiales que se sitúan para saturar espacios físicos que solo el sonido logra tapar, sino que además y sobretodo, espacios mentales, narrativos, emocionales. No puede elaborarse el sonido sin antes imaginar su multi-dimensionalidad. Es fundamental, porque el cultivo de la escucha en medio a la peripecia del sonido en sus distintas extensiones o esferas, como lo nombraría Sonnenschein. Es lo que forja el criterio de quien traza sonidos, que contrario a ser un sencillo editor que corta y pega cintas virtuales, es un artista de mundos, un hipnotizador, un diseñador de sonido.

Si fuese tan solo un asunto de establecer sonidos en la línea de tiempo y escuetamente circunscribir a edificar series de efectos sonoros, no sería emocionante esta manera de arte. En realidad, no sería forma de arte, ya que faltaría la emoción, sería simple habilidad aplicada. Es arte indispensablemente ya que hace soñar, seduce, da vida. El sonido en el cine es una devota muestra de la encantador, recóndito y confusa analogía que poseemos con lo sonoro; como nos conmueve visual, conceptual, emocional y alegóricamente.

Con lo mencionado es con lo que se debe experimentar a la hora del diseño sonoro, con las posibilidades de correlación profundas en los sonidos acoplados en la línea de tiempo, sus compuestos tiempos, añadiendo tanto su relación material (frecuencia, tiempo, amplitud, etc) como sus andamios psicológicos (emoción, símbolo, memoria). Cuando se escuchan sonidos y más todavía cuando estén pensando en diseñar con esta explícita narrativa en una obra audiovisual, se ha de tener siempre vigente estos dos frentes como un diálogo del cual estriba todo el entramado sonoro a diseñar, no a modo de una maraña de sucesos huecas, sino tan solo como entidades de puro significado y cabida emocional. De esta forma se puede conversar de la elaboración del sonido en dos aspectos primordiales, cada uno mostrando una estructura en capas, estratos, niveles. Se comprenderá como las capas materiales y las capas psicológicas.

Las Capas materiales

Se llamarán capas materiales a esas que se controlan con respecto a la materia sonora en cuanto tal, que se consiguen desde recapitulaciones, sampleo, grabación, y fundamentalmente por medio de grabación de campo. O sea, aquí se conversará de las capas en el sentido de los efectos sonoros que se elaboran a raíz de diferentes grabaciones, fundamentalmente de materiales, objetos, eventos reales.

Los efectos de sonido son por lo ordinario sumas de sonidos (en etapa de objetos sonoros) que encima de meros objetos, logran llevar una composición de valores de escucha, que se identificarán en las capas psicológicas. Y con relación a las que se han ido llamando materiales, se hallarán los valores que usualmente se conocen en torno al moldeado de sonidos: Su información espectral en cláusulas de frecuencias, su envolvente, los aspectos tónicos o ruidosos en la materia, por ende su textura, etc. Comenta Chion

[su_quote cite=»Michel Chion»]»En el principio del cine hablado, en efecto, la banda de sonido, como se dice, era aún bastante limitada, lo que imponía por una parte no mezclar demasiados sonidos para que resultasen audibles, y por otra parte, cuando había superposición, elegir uno como destacado. Ahora bien, el elemento ya destacado del recién nacido cine sonoro era, no la música (ya presente en tiempos del mudo), ni los ruidos, sino la palabra: el elemento más codificado. No se trataba tampoco de proponer bandas sonoras sensorialmente complejas, sino de hacer oír algo claro y distinto y, en cuanto a los ruidos y a las músicas, lo más estereotipado posible, para que fuese inmediatamente reconocible. Por tanto, cuanto más se ensanchó la banda (y lo hizo muy progresivamente), al mismo tiempo que aparecían y se perfeccionaban nuevas posibilidades técnicas de mezcla de los sonidos, más posible se hizo hacer oír en varias capas sonidos a la vez individualizados y definidos que no se limitaban a responder a un código, sino que podían tener cierta materialidad, una densidad, una presencia, una sensorialidad.» [/su_quote]