Hacer música moviendo únicamente el rostro

Puede parecer increíble hablar de un aparato electrónico que le facilite el trabajo a algunos trabajadores, pero suena aún mejor imaginar un avance que genere beneficios más allá de lo habitual y común que pueda producir. Es siempre grandioso cuando la tecnología se abre para que sus procesos no excluyan a quienes no tienen en algunos casos la facilidad física, motriz o psicológica para utilizar muchas de las herramientas que se utilizan en la actualidad, como en este caso, sería el ámbito musical.

Ya conociendo el fascinante experimento donde los músicos discapacitados volvían a tener la posibilidad de componer música, utilizando únicamente su cerebro, existen también otras alternativas promovedoras de la tecnología para casos especiales. Otro interesante caso, es el del software Eye Conductor, creado por el joven desarrollador Andreas Refsgaard, estudiante de diseño interactivo.

Eye conductor permite mediante reconocimiento facial, hacer música con el movimiento de los ojos y los gestos de la cara, enfocado especialmente en aquellos que por algún impedimento no puedan crear música por estos medios. Así lo especifica el joven Andreas:

“Para mucha gente con discapacidades físicas, la carencia de habilidades motrices los excluye de producir música en instrumentos tradicionales.

Con Eye Conductor quise superar las fronteras en el diseño interactivo al explorar cómo las tecnologías de reconocimiento del ojo y la cara pueden utilizarse en procesos creativos. Creo que esa habilidad de uno mismo expresarse artísticamente debería estar disponible para todos, sin importar las incapacidades y retos físicos. Por lo tanto, quise crear una solución que operara en el mismo dominio de los instrumentos tradicionales. Algo que le dé a la gente bastante libertad, pero que también les exija práctica, como con un instrumento tradicional”

Como bien ha especificado su creador, el Eye Condutor más allá de facilitarle el trabajo a muchos, no deja a un lado la concepción de un instrumento, pues se requiere de las mismas técnicas prácticas que las de un piano o guitarra, tiene una estructura simple, ofrece una particular versatilidad, y para su función necesita del fruto de la combinación de gestos de control. Su dinámica es la de ser una interfaz MIDI donde los diferentes movimientos de la cara pueden asignarse a un drumpad o notas musicales, manipular el pitch, agregar un efecto, modular algún sonido, entre otros aspectos.

Esta aplicación permite ajustar el umbral de reconocimiento y puede configurarse con el fin de mejorar el acople con los gestos de cada usuario. Para su uso se requiere de una cámara regular o profesional y un sistema de rastreo de ojos cuyo valor oscila entre los $99. Toda una joya de herramienta que seguramente será de gran utilidad para procesos terapéuticos, como le ha sucedido al desarrollador, quien cuenta de asombrosos cambios en el comportamiento de varias personas que han experimentado con su software.

El programa se encuentra en fase de desarrollo aún y sólo se han explorado algunos prototipos. Su desarrollador espera publicar una versión web para finales de este mismo año.