Conociendo la dimensión del sonido PARTE I

Vale, empezaré este tema en relación al diseño sonoro en el cual será una serie de artículos  (dividido en partes) y diligentes a examinar elementos, procedimientos y reflexiones en contraste al diseño de sonido, para cine, para videojuegos, acusmático, etc. En este primer artículo me dedicaré a dar una introducción sencilla a la extensión sonora y su nicho en el andamio audiovisual, para que en próximos temas pueda detenerme en procesos específicos, roles, asuntos técnicos y teoría, ya poseyendo una base sólida de las posibilidades del sonido tanto por sí solo, como en relación.

Sobra acotar que no se trata de un manual dirigido a otros pasos que, si bien se toman en cuenta en el diseño sonoro, no será de vuestra competencia, como lo es por ejemplo la síntesis, que si bien forma parte de muchas técnicas de diseño sonoro, es suplente con respecto a la grabación de campo, edición de sonidos del entorno, grabación de objetos, etc. El trabajo hace parte asimismo del procedimiento y a ciencia cierta en muchas obras prevalecerá con relación a otros elementos, pero no será vuestra orientación únicamente pensar en esto de «elaborar sonidos«, cosa que personifica sólo un grillete de una infinita cadena de escucha.

El diseño sonoro se fundamenta en una orientación metafórica del sonido, en el que este está vinculado, intencionadamente y al mismo tiempo es estratégica y líricamente situada de tal forma que no solo se escuche, sino que seduzca, que mueva el fuero interno, el pensamiento, la inquietud. Si bien es verdad que el diseñador de sonido se ve cubierto en toda una serie de peripecias tecnológicas (en tanto es un método que posee en su núcleo el proceso de la interpretación de instrumentos/objetos, grabación y demás), cuando se conversa de diseño sonoro no hay que remitirse a solo una instrucción de la herramienta, sino ante todo, un conocimiento de su manejo, aplicación y resultado creativo que se inventa tanto en su autonomía como en la necesidad de estar completada a una serie de pasos de otra índole.

El diseño de sonido es por ello tanto un proceso de la tecnología, como una calle de escucha y enseñanza en la petición a lo sonoro y, desde entonces, su composición con el resto de la función audiovisual. De esta manera, el diseñador de sonido no cree solamente en efectos sonoros que rellenan materialmente esos huecos que deja lo visual, sino que además tiene en cuenta el elemento autónomo que, en tanto se inspecciona como tal, accede por ende a conversar con otros mundos de la percepción. En realidad, el diseño sonoro primitivamente añade no solo efectos sonoros, sino que además posee la música, el diálogo e inclusive, lo que no suena, ya que como ya se dijo, el silencio se puede diseñar como parte de la secuencia sonora.

El término diseño hace ostentación entonces a la contingencia de pensar no solo en representaciones sonoras, efectos o estructuras de los mismos que perfeccionen una serie de técnicas visuales y narrativos que ya están en concurrencias dentro de la obra. No, la palabra diseño señala necesariamente que se inventan métodos en el espacio sonoro siempre en relación a una serie de propósitos, solicitudes o contextos de una obra central. Siempre lo más significante en una película será: La historia, la emoción, lo que se pretende enseñar, abrir o atraer.