Las imágenes que suenan y los sonidos que se ven PARTE III

El juego es realmente atrayente y es cierto la definición de sonido que envuelve, ya que observando y estar al corriente del concepto de la escala, seguidamente se especula el sonido desde la contraparte visual: Como escala por la mesa, los adjuntos que maneja o la superficie de objetos que tenuemente toca y se impulsan como poderosas resonancias. Pero es probable que uno de los más lindos elementos es el del refrigerador, sin tener lugar a dudas, ya que comunica una sensación abrumadora, fiel a lo penetrante que pudiese ser un refrigerador para un personaje muy pequeño. No lo dramatizan, solo lo moldean sutilmente, pero de una forma verdaderamente efectiva.

La verdad es que pudiese mencionarse que en toda el film abundan ese tipo de contextos que no solo afectan las contingencias de los efectos sonoros, sino su combinación, debido a que en muchas escenas se juega con la mezcla de formas sobresalientes, ya que los insectos y los ambientes naturales, son más agudos para los pequeños. Asimismo, como la película intenta hallar el poder sostener la idea de un mundo donde coexisten dos escalas, el sonido ha de permanecer asiduamente entre su posibilidad micro y macro, entre sus múltiples significados, entre sus variadas formas de oír y asociar.

Eso se logra comprender como un proceso de valoración de aquello que se muestra en la imagen, pero asimismo esas cosas que desaparecen, que no se observan, y es posible que puedan escucharse o insinuarse en lo sonoro. Lo mismo pasa a la inversa: Hay elementos que son adecuados del sonido en su invisibilidad, pero están esos que se envuelven desde lo que se ve: Una aguja que cae para el personaje de escala común, se escuchará distinto para un personaje de escala pequeña, para quien la aguja es más una espada y no algo diminuto. La noción del espacio y el tiempo vienen acá a conformar distintos valores que se habrán de dar en un juego de lo que se muestra y se ausenta en referencia a lo que suena y se ve.

Esas historias como tal no viven edificadas del solo decir y de todo lo que se comunica, debido que en misma ímpetu, deja de aludir y de comunicar, pero con la subliminal idea de aludir y comunicar. O sea: Encubrir sonidos, los evoca; en el momento de que la imagen no se muestra, el sonido responde por ella, y viceversa. Eso es quizá porque en último término, tanto lo visual como lo sonoro suplica a lo mental, se gobierna y mantiene desde el proceso del lenguaje, la conmoción, la comprensión, la representación, la imaginación o la fantasía. Eso ya se ha mencionado mucho pero jamás sobra recordarlo ya que es vital: El sonido afecta de forma natural, ya que siempre se está oyendo, aun cuando solo es especulativo.

Oír no puede ser un arte necesariamente ya que no requiere de una técnica, ni estrategia, ni pende de algún modo exclusivo de ejercerse. No, indispensablemente la escucha es fascinante ya que trabaja de distintos modos, en varias vías y posee por ende la capacidad de afectar cualquier aspecto de la realidad. Escuchar y oír es lo mismo si piensan en el sonido de forma abierta. Pero si comprenden el sonido como ondas elásticas del espacio que trastornan concretamente esos canales auditivos que en la mente evocan vínculos con concretos ambientes inamovibles, patentemente oír no escuchar, ya que la escucha envuelve no solo la recepción de sonidos, sino conjuntamente el hecho de imaginarlos, de crearlos, de inventarlos.

[su_youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=6we4g1zMMoA»]